DESCUBRIENDO A STRAVINSKY (II), por José Belón de Cisneros.

 

¡Bienvenido/a a esta segunda entrega de obras recomendadas para entender y disfrutar de la música de Igor Stravinsky! Si no recuerdas mal, en el post anterior estuvimos comentando algunos de sus ballets (Apolo y las musas, El pájaro de fuego y El beso del hada), así como su Sinfonía en do. Me parecieron buenas muestras del quehacer stravinskyano, aunque alguna no sea tan representativa de su estilo más conocido y apreciado, el ruso.

Se trata de ir acercándonos, pasito a pasito, y con una dificultad creciente, a sus obras más geniales y complejas. Así que, en un tercer y último post, abordaremos las piezas más geniales de su autor. Hoy te propongo cuatro obras más. Todas están formadas por movimientos de corta duración, y son:

    1. La historia del soldado. De esta obra de cámara, yo que tú escucharía la “Marchar real”, con giros típicos de la música española combinados con el humor seco de su autor. El resto de la obra es tan genial como esta pieza, pero te aviso que, en una primera audición, te puede resultar chocante, como sucede con gran parte de las obras escritas por Stravinsky.
    2. Pastoral. Compuesta cuando su autor era todavía alumno de Rimsky-Korsakov. Debido a que fue revisada por Stravinsky treinta años después, suena más neoclásica que rusa. Aun así, contiene algunos giros en la melodía y el acompañamiento típicamente stravinskyanos.
    3. Concierto de ébano. De sus obras para conjuntos pequeños, esta es la que más me gusta. Tiene otras, y son todas buenas, como el Octeto para instrumentos de viento, el Piano rag music, el Tango y el Ragtime. Este Concierto de ébano es de lo mejorcito que compuso inspirándose en el jazz. Consiste en tres movimientos. El primero tiene ese aire popular que también estaba presente en Petrouchka, una de sus primeras obras maestras. El segundo es más calmado y reflexivo, mientras que el tercero es humorístico y recuerda, a veces, al Gershwin de Rapsodia en blue.
    4. Concierto para dos pianos. De nuevo, nos hallamos ante una obra del Stravinsky neoclásico. Eso sí, con más disonancias, furia y ardor que su Sonata para dos pianos, más representativa de este periodo artístico. El primer movimiento es espectacular, el segundo (Nocturno) menos contrastado que el anterior, y las variaciones que se suceden luego, muy jugosas.

 

En el tercer (y último) post introductorio a la obra de Stravinsky, analizaremos algunas de sus obras más representativas del periodo ruso, su época más fértil. Espero que estas breves notas sobre un artista como él te hayan sido de alguna utilidad. Si es así, por favor, dale al “like” y a “compartir”: ¡gracias! y ¡hasta la próxima!

 

Foto: José Belón de Cisneros

3 comentarios sobre “DESCUBRIENDO A STRAVINSKY (II), por José Belón de Cisneros.

Deja un comentario